Frente a la represión… no todo vale [Escrito de Mónica Caballero y Francisco Solar]

El Estado recurre a diversas estrategias para eliminar a sus enemigxs e
incluso a quienes alcen la voz para cuestionar el orden imperante.
Intenta cortar de raíz cualquier iniciativa rebelde; para este propósito
cuenta con un eficiente aparato judicial el cual posee un amplio abanico
punitivo que va desde acusaciones leves, que por lo general terminan en
multas o penas remitidas, a la utilización de instrumentos duros entre
los que el comodín de la Ley Antiterrorista es una carta que pierde
novedad y se hace frecuente en el tablero de juego. Para lxs que hemos
asumido la cárcel como una posibilidad dentro de la lucha contra la
dominación, vemos el actual contexto político proclive para que esta
posibilidad sea más cercana para muchxs más, varixs son lxs que no saben
si mañana estarán durmiendo en una celda y para quienes ya estamos
dentro, por cuanto tiempo más estaremos en ellas. La situación por
momentos se torna confusa al encontrarnos frente a una maquinaria
avasalladora movida por sus paranoias y alucinaciones que, en
definitiva, constituye una de sus tantas maneras de ejercer el dominio.
La rapidez con que se han sucedido los diferentes golpes represivos
alimenta esta confusión, más aún al ser las acusaciones sumamente
“imaginativas” acompañado todo por la espectacularidad otorgada por los
medios de comunicación del Poder. Quienes ejercen y sustentan la
dominación jamás entenderán nuestras formas antiautoritarias, por lo que
intentan amoldarnos a sus lógicas.

Como se ha podido ver, son heterogéneos los colectivos, espacios e
individualidades golpeadas por la represión, los cuales presentan
distancias y cercanías a la hora de entender el Estado y su función, y a
su vez el cómo se enfrentan los embates del Poder, la prisión y de qué
forma y con quienes establecer alianzas. Ante esto se dice que es
preferible superar lo que nos distancia dándole prioridad a nuestros
elementos comunes con el propósito de hacer frente a los golpes del
Poder de manera eficaz, planteamiento que a todas luces privilegia la
cuestión numérica antes que la determinación y voluntad, aspectos
fundamentales para nosotrxs. Somos conscientes de la importancia de
establecer alianzas, el asunto es con quién. La Historia ha dejado en
claro las consecuencias nefastas que han significado para lxs
anarquistas alianzas con grupos autoritarios y/o a favor de la política
institucional, los que siempre se inclinarán por el Poder aplastando
finalmente cualquier iniciativa libertaria. ¿Es que debemos agachar la
cabeza y dejar pasar aspectos que para nosotrxs son indispensables? De
ninguna manera.

El ceder en aspectos éticos importantes ha dado como resultado, entre
muchas cosas, el ir cada vez más a remolque de movimientos
izquierdistas, ciudadanos y demócratas con lo que nada tenemos que ver,
ellos sostienen el Poder que nosotrxs intentamos eliminar de nuestras
vidas. La confrontación es inevitable, es necesaria para el crecimiento
político. ¿De qué forma nos diferenciamos de quienes defienden y
refuerzan el actual sistema imperante? Con nuestros actos y su
coherencia.

Ahora bien, si como anarquistas vemos inviable cualquier alianza o
proyecto común con grupos o personas ligadas a la institucionalidad, de
la misma manera pensamos que es imposible generar vínculos con quienes
optan por estrategias para hacer frente a la represión que no
compartimos en absoluto, ni deseamos avalar por ningún medio. En los
periodos marcados por la represión, detenciones y cárcel, nuestras
convicciones y su coherencia entran en juego, se tensionan de forma
inevitable, pero no todo vale a la hora de evitar entrar en prisión e
incluso salir de ella. Creemos que hay opciones que quiebran nuestra
dignidad y en definitiva sepulta lo que somos y las ideas que
defendemos. La petición de indulto representa una de esas opciones.

Como presxs anarquistas manifestamos que no somos ni seremos parte de
movilizaciones o manifestaciones antirrepresivas con quienes opten por
seguir la estrategia del indulto (sea o no parcial). No queremos caminar
junto a ellxs por la mencionada diferencia insalvable, no queremos ser
cómplices por omisión de una estrategia que para nosotrxs representa un
punto de inflexión determinante. Y si finalmente las consecuencias de
nuestras convicciones nos llevan a que encierren nuestros cuerpos por
más años, lo seguiremos llevando con la cabeza alta y con la dignidad
por delante.

Del Estado no queremos su perdón, sólo deseamos su destrucción.

Mónica Caballero y Francisco Solar
Junio de 2015
C.P. Villabona

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