*Domingo 21 de junio de 2015 en la Plaza Agustín Lara, del barrio de
Lavapiés, a las 19H*
El pasado día 30 de marzo de 2015 fueron detenidas 39 personas en las
ciudades de Madrid, Barcelona, Granada y Palencia durante el transcurso de
lo que se llamó “Operación Piñata”, operación represiva orquestada por la
Policía Nacional y ordenada por el Juez de la Audiencia Nacional, Eloy
Velasco. Además fueron registrados 11 domicilios y 6 Centros Sociales. Aquí
en Madrid fueron allanados el CS(R)OA La Quimera, en Lavapiés y La 13-14
okupada en el barrio de Vallecas.
De estas 39 personas, 24 fueron detenidas bajo cargos de resistencia o de
usurpación y 6 más lo fueron durante la realización de actos de solidaridad
en las ciudades de Madrid e Iruña en días posteriores.
Pero el objetivo concreto de la operación eran 15 personas. A éstas se les
acusa de pertenencia a una “organización criminal con fines terroristas”,
los Grupos Anarquista Coordinados (GAC), foro que ya existía de manera
pública como un conjunto de colectivos e individualidades dedicados a la
difusión de propaganda anarquista y que la policía quiso presentar como las
siglas que congregan al “nuevo enemigo público”, al no poder seguir
explotando figuras que ya cumplían esa función. Pero continuemos. Tras
pasar por la Audiencia Nacional, 10 de estas personas quedaron en libertad
con cargos y medidas cautelares y 5 fueron enviadas a prisión preventiva.
Durante este secuestro legal, nuestros compañeros han sido aislados y
dispersados por distintas cárceles españolas, en Palencia, Zaragoza,
Córdoba y Alicante. Después de 2 meses de encarcelamiento 3 de ellos han
sido puestos en libertad también con cargos y medidas cautelares, y a día
de hoy 2 continúan en prisión.
No podemos entender esta operación represiva de manera aislada, sino como
una más que viene precedida por otras muchas como la “Operación Pandora”,
operación que se produjo el día 16 de diciembre de 2014 en la que fueron
detenidas 11 personas en Barcelona, Sabadell, Manresa y Madrid, de entre
las cuales 7 fueron enviadas a prisión durante un mes y medio. Antes,
fueron detenidxs el 13 de Noviembre de 2013, Mónica Caballero y Francisco
Solar, junto a otrxs tres compañerxs, acusadxs de la supuesta colocación de
un artefacto explosivo. A día de hoy tanto Mónica como Francisco continúan
en prisión preventiva. Habría que mencionar que estas dos personas ya
fueron procesadas en el Estado Chileno en la vergonzosa operación represiva
que se denominó ‘Caso Bombas’ en la que finalmente todxs lxs acusadxs
fueron liberadxs y absueltxs de las acusaciones del Estado relativas a la
colocación de numerosos artefactos explosivos.
Durante todo este tiempo han sido los medios de comunicación los que, en
complicidad con la policía y con la pretensión de mantener el status quo,
han hablado del anarquismo como el nuevo enemigo a combatir. Los que,
aprovechando su posición de pretendidos voceros de la democracia y
creadores de opinión pública, han señalado al anarquismo como el nuevo
terrorismo. Y los que, ante una realidad de dominación y miseria social,
tienen las narices de culpar a lxs que luchan por una sociedad libre y
despistar a la población de los verdaderos orígenes de sus problemas. Por
ello, nos parece fundamental salir a la calle y gritar a viva voz que sí,
que somos ANARQUISTAS y que no nos avergonzamos de ello. Queremos hablar en
primera persona sobre lo que nos está sucediendo, sobre lo que creemos que
es algo que nos afecta a nosotrxs por nuestra condición de anarquistas,
pero que afectará a cualquiera que luche y se oponga de cualquier forma a
la dinámicas de dominación que ejercen el Estado y el Capital. Esta es la
motivación que nos lleva a realizar esta charla, porque, aunque no seamos
tan visibles como otros actores políticos, no nos escondemos. Porque
nuestras ideas y nuestras prácticas solamente persiguen una cosa, la
libertad, pero no la libertad de voto y consumo a la que la democracia y el
capitalismo nos condenan y que nos permite escoger el color de nuestras
cadenas, sino aquella que erradique la autoridad en todas sus formas y nos
permita vivir de una manera verdaderamente horizontal.
* Ni mandar, ni obedecer. Podrán detenernos pero no pararnos.*